jueves, 27 de marzo de 2008

Justicia Penal Juvenil. Parte II.

Una pequeña vista a la realidad de San Pedro.

Esperaba darle otro tipo de matiz a este post; no se pudo, pero ello no es razón para que no cumpla lo prometido, tengo una deuda pendiente, ésta deuda se llama: Cárcel de San Pedro.


La cárcel de San Pedro está ubicada en la hermosa ciudad de La Paz, Bolivia, fue pensada y construida para dar “albergue” a 300 personas que cometen diferentes actos delictivos, la realidad es otra, en el 2007 con cifras que incluso llegan a ser mayores, se indica que existen en éste recinto más de 1.500 personas. Lo alarmante es que no sólo viven los condenados a una pena, si no también sus hijos e incluso las esposas, dando un número de 200 niños que no cometieron ningún delito pero están ahí, acompañando a sus padres en su larga estadía.




Lo triste es que a estos niños se les niega la educación por el historial criminal, delincuente de los padres; pero es importante mencionar que dentro del reclusorio existe una escuela que atiende a 450 niños entre hijos de reclusos y personas que no cometieron delitos. Lamentable es que los niños que viven en el reclusorio con sus padres, al ir a la escuela y “mezclarse” con los otros niños, tengan conductas agresivas, roben y digan palabras de grueso calibre, lo cual para ellos es sumamente normal debido al ambiente en que conviven día a día.
El gobierno poco puede hacer frente a esta situación, no hay donde enviar a los niños, no hay manera de que se les consiga una familia durante la condena del padre o madre, por ello y más, el gobierno se mantiene en una posición de estato quo, haciendo imposible el rescate de estos niños del centro penitenciario.


No hay duda que la cárcel de San Pedro es una pequeña gran ciudad, una donde para sobrevivir hay que trabajar dentro y donde los ricos o más violentos son los líderes natos del lugar. Al ser la cárcel toda una ciudad, cuenta con un mercado, restaurantes, peluqueros, un hotel y por que no, toda una red de narcotráfico moviéndose desde las más pobres a la más sofisticada celda ubicada en la zona de “Los Pinos” donde las celdas son espaciosas, tienen televisión, cuartos de baño privados, cocina y TV cable. Fuera de la “celda” tienen mesas de billar, quioscos que venden jugos y alimentos al gusto del recluso adinerado. Estas celdas cuestan entre 1.000 y 1.500 dólares.





Al ser una ciudad, también existe la otra cara, una donde las personas son pobres y duermen en pedazos de cartón, una donde tienen que hacer largas filas y pelear por el plato de comida, una donde sin el trabajo no hay dinero y menos la sobrevivencia diaria. Tal parece que sólo ellos cumplieran su condena, ellos son pobres por eso les toca la parte más dura, incluso los policías agreden a estas personas por supuestos delitos, golpeándolos 25 veces en las nalgas con un fierro mientras se sostiene su cabeza en el pozo de agua que está en la llamada sección de “San Martín”.


Esto es un pequeño pincelazo acerca de la terrible situación de San Pedro, existen grandes versiones de personas sumergidas en terribles enfermedades como el VIH/Sida y de aquellas que cumplen condenas injustas porque no pudieron tener una defensa digna y responsable por parte de un mal llamado abogado.

Hay proyectos en marcha que tratan de darle un giro total a esta situación, pero todo grande proyecto necesita presupuesto, tal es el caso del proyecto Qalauma, que se dedicará a la enseñanza de oficios (panadería, zapatería, costura) a los jóvenes reclusos y de llevar a cabo una verdadera rehabilitación, por desgracia para que se termine la construcción de este establecimiento se requiere de 50 mil dólares, el gobierno poco a hecho para ayudar, la gran parte del dinero proviene de ayuda europea y diversas donaciones.


Espero que la información de este post sirva para reflexionar y apreciar lo que es ser libre de cualquier tipo de hecho delictivo, ser libre de cualquier tipo condena.
Bolivia necesita urgentemente centros penitenciarios acondiciones a un número real de reclusos, que brinde la rehabilitación y no la lucha por la sobrevivencia diaria, eso no es cumplir con una condena que haga reflexionar al recluso, esto lo que hace es ponerlo en estado de alerta y defender su vida como lo haría cualquiera de nosotros.

Fuente: Las fotografías y parte de la información fueron obtenidas de: http://news.bbc.co.uk/1/shared/spl/hi/picture_gallery/06/americas_inside_a_bolivian_jail/html/1.stm

jueves, 13 de marzo de 2008

Justicia Penal Juvenil. Parte I




El pasado 3 y 4 de marzo se llevó a cabo el Seminario Justicia Penal Juvenil, impulsado por Acción 365 social y el ILANUD, al cual tuve el honor de asistir.

En este seminario se hablo a detalle de la vida de los adolescentes y jóvenes que son recluidos en las cárceles de Bolivia compartiendo espacios con potenciales delincuentes, asesinos, violadores, traficantes, etc. A pesar de que en Bolivia existen leyes como la ley 2298 que en uno de sus incisos dice que los jóvenes no pueden estar en un mismo recinto carcelario que los adultos por razones como:


· Los adolescentes presentan aún grado de inmadurez física y psicológica y al hacer que convivan con personas que han cometido diversos delitos, se impulsa también al adolescente a seguir un camino delictivo muy aparte de una verdadera rehabilitación.


  • El maltrato físico y psicológico de los jóvenes por parte de los adultos.

  • Se los utiliza como medio andante para realizar el transporte de drogas y alcohol.

  • Los jóvenes son corrompidos por los adultos, siendo obligados a robar, consumir drogas y alcohol, la prostitución, realizar asesinatos.


La edad promedio en la que se empieza con actos delictivos es de 15 a 25 años de los cuales el 53.3% de los reclusos en Bolivia se iniciaron a estas edades.

En las cárceles de Bolivia existen alrededor de 700 menores entre 16 y 21 años que están reclusos por diferentes tipos de delitos desde los más graves como asesinato, parricidio siendo acreedores de la pena máxima que es de 30 años sin derecho a indulto, caso registrado en 4 jóvenes que pasarán su vida en el penal de San Pedro; hasta los que han robado un televisión con una condena máxima de 1 año.

Son tres los ejes troncales donde se ubican la mayor cantidad de jóvenes en las cárceles, siendo:



  • Cochabamba con 109 adolescentes y jóvenes reclusos.

  • La Paz con 166 adolescentes y jóvenes reclusos.

  • Santa Cruz con 307 adolescentes y jóvenes reclusos.

Un caso muy interesante es el del penal de San Pedro (que explicaré a detalle en un próximo post) ubicado en la ciudad de La Paz, donde existen alrededor de 142 personas menores de 21 años mezclados con grandes delincuentes de quienes no sólo aprenderán nuevas tácticas de asaltos, robos; aprenderán a usar drogas, a consumir alcohol y otros vicios que estos jóvenes reclusos aprenderán a lo largo de su condena. De estas 142 personas, 38 han cometido delitos graves como asesinato, homicidio, violación, las otras 104 personas cometieron delitos como robo y narcotráfico.

Un gran problema es que en las cárceles no se rehabilita, muestra clara de ello son las estadísticas, donde:


  • 32 % de las personas que ingresaron sin ningún tipo de vicio como el fumar, alcohol y drogas salen de los recintos carcelario consumiéndolos.

  • 12% de las personas salen terriblemente drogadas de las cárceles.

  • 35% de los reclusos al salir, cometen los mismos actos delictivos por los que se los condenó.

  • 21% de las personas que cumplieron condena en la cárcel vuelven a la misma por haber cometido otra serie de delitos.


No hay manera de parar estas cifras que cada día aumentan, como hacerlo si los propios policías permiten el ingreso alcohol y drogas, las cuales representa un ingreso para la propia policía:



  • 10 mil dólares ingresan mensualmente al recinto de San Pedro.

  • 40 mil dólares en drogas y alcohol.


Es una verdadera lástima que adolescentes y jóvenes pierdan básicamente toda una vida en estos recintos penitenciarios, peor aún es que no se los rehabilita, no se les enseña una manera honrada de ganarse la vida al momento de dejar la cárcel; los 700 adolescentes y jóvenes recluidos en los distintas cárceles ya no encuentran la manera de llamar la atención del gobierno, no hay ayuda de parte de ella, sólo se limitan a crear las leyes pero no de hacerlas cumplir como es el caso de la ley 2298.


En un próximo post haré referencia a la cárcel de San Pedro que más que cárcel es una pequeña gran ciudad de delincuentes potenciales, niños, adolescentes, jóvenes, comercio, drogas, alcohol, sexo…

Hasta pronto!

domingo, 2 de marzo de 2008

¡Las lenguas sí que cuentan!


Se estima que más de la mitad de los 6.700 idiomas que se hablan en el planeta corren el peligro de desaparecer. Su ritmo de extinción es rápido: cada quince días uno de ellos deja de hablarse. Además, los expertos estiman que el 96% de las lenguas existentes sólo son habladas por un 4% de la población mundial.

Vale destacar que Bolivia tiene como idiomas oficiales el español, el aymará y el quechua. Según el especialista de la UNESCO, David Harrison, “con un total de 37 lenguas agrupadas en ocho familias, Bolivia tiene el doble de la diversidad lingüística de toda Europa”.

Debemos saber que un idioma es un sistema de comunicación verbal o gestual propio de una comunidad humana.
En la práctica, los idiomas son un conjunto de sistemas muy similares entre sí llamados dialectos o variedades lingüísticas.
Resulta inimaginable la posibilidad de crear comunicación sin el uso de la palabra ya sea escrita o hablada, y es que sin ella los procesos de la razón y del pensamiento no podrían concebirse como las conocemos hoy: una mezcla híbrida enriquecida con las cosmovisiones de los otros. Hablar las lenguas originales también engloba la posibilidad de ver la diversidad cultural, pluriétnica de cada una de ellas donde naturalmente intervienen la riqueza de tradiciones, los usos y las costumbres, todo aquello que nos hace descubrir formas únicas y particulares de concebir el mundo y el entorno.

El idioma es esencial para la identidad de las personas, grupos humanos y para su coexistencia pacífica, y además constituyen un factor estratégico para avanzar hacia el desarrollo sostenible y la convivencia armoniosa entre lo mundial y lo local. Por ello, el plurilinguismo es el único medio para permitir que todos los idiomas tengan su lugar propio en nuestro mundo globalizado.

Por todo esto la Asamblea General de las Naciones Unidas, como parte de ese compromiso, proclamó el 2008 como: “AÑO INTERNACIONAL DE LOS IDIOMAS”, y es precisamente la UNESCO la que se encargará de coordinar todas las actividades de esta celebración.


Son ocho los objetivos que pretenden alcanzar las Naciones Unidas partiendo de la integración social, donde los idiomas ocupan un lugar estratégico en la erradicación de muchos de estos factores:

1. Erradicación de la pobreza extrema y el hambre.
2. Lograr la educación primaria universal.
3. Promover la igualdad entre los géneros.
4. Reducir la mortalidad de niños menores de 5 años.
5. Mejorar la salud materna.
6. Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras
enfermedades.
7. Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente.
8. Fomentar una alianza mundial para el desarrollo.